Las voces del agua
Una invitación a pasear por las calles de Bizanet, siguiendo el agua y sus misterios con un dispositivo de escucha acuático. Las voces del agua crean una cartografía invisible basada en los flujos del agua y el imaginario de la infancia, incitándonos a explorar este pequeño pueblo desde una perspectiva diferente.
Este recorrido sonoro es el resultado de dos meses de residencia en el pueblo, con varias sesiones de trabajo en la escuela primaria y múltiples encuentros con los habitantes. Juntos escribimos un cuento que los/as niños/as interpretaron para invitarnos a la escucha y al paseo. Los sonidos se transmiten bajo el agua a través de altavoces acuáticos, que se pueden escuchar a través de un micrófono acuático (hidrófono) hecho por los/as niños/as.
Hacer aquí el paseo sonoro en línea (texto en Francés)
La creación se realizó con los/as niños/as de la clase CE2-CM1 de la escuela primaria del pueblo: Anaïs, Emma, Élisa R., Elisa V., Gaspard, Guilhem, Hugo, Janel, Jilia, Julia, Julian, Laïla, Lana, Loan, Louis, Lucien, Manon C., Manon N., Mélissa, Merlin, Nelly, Noah, Odilon, Romane, Sarah, Tom y Victor, y sus maestras Brigitte Lelièvre y Sandra Cathala.
Con la participación de Marylène Arsac, Yves García, Marie Lambert, Jeanine Bertin, Jean Muratet, Daniel Ulldemolins, el Museo del Patrimonio, la Mediateca y los servicios técnicos del Ayuntamiento.
Mapa en línea de Sara Lana.
Una producción del Parque Natural Regional Narbonnaise en Méditerranée en colaboración con el Ayuntamiento de Bizanet y con el apoyo de la DRAC Occitanie.
Presentación al público los días 12 y 13 de junio de 2021.
Muchas gracias a todos los que pude encontrarme en las calles de Bizanet, así como a Sara Lana, Marie-Christine Cabanas, Andres Blume, Noémie Diaz, Émile, Thomas Tilly, Michel Redolfi, Isabelle Vincent, Cedric Bru, Alice Roy y Brigitte Denhin.
Lavadero Grande
Al final del recorrido, una instalación sonora utiliza el flujo de agua para accionar 12 péndulos. Su sonido evoca el trabajo de las lavanderas que alguna vez lavaron la ropa en el gran lavadero. Al final de cada tubo de hierro, se usa una vieja pala de lavar ropa para golpear una palangana de cobre. Las palas fueron prestadas por los habitantes de Bizanet.